La obesidad ha alcanzado niveles epidémicos a escala global, llegando a ser definida como una pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2010. En ese contexto, y con el objetivo de conocer y profundizar los hábitos nutricionales y estilos de vida de los niños -desde la perspectiva de sus padres-, la Universidad Finis Terrae realizó la segunda versión del Observatorio Nutricional Nestlé, donde concluye que el 47% de los padres indica que una alimentación saludable es aquella en que están presentes todos los grupos de alimentos y que más del 30% de los niños tiene alguna alergia o intolerancia alimentaria.

Edson Bustos, jefe del área de pediatría de la Escuela de Nutrición de la U. Finis Terrae, sostiene que a pesar de que los padres entienden lo que significa una dieta balanceada, no hay una ejecución correcta, pese a que identifica entre los alimentos saludables las frutas, verduras, agua, legumbres y pescados: “Ellos saben cuáles son los alimentos más saludables, pero a la hora de elegir no los seleccionan”.

El estudio también señala que es destacable la buena percepción de las bebidas vegetales, las que son consideradas como saludables por el 43% de los padres y que 35% de ellos refiere que le gustaría incluirlas en la alimentación de sus hijos.

En ese contexto, además, el estudio revela que uno de los obstáculos con el que se encuentran los cuidadores es el costo de los alimentos, pues uno de cada tres de ellos (33%) considera que comer saludable es caro. Por esta razón, la investigación aborda las medidas que han tomado los padres para mitigar el escenario económico actual.

De acuerdos a los datos, el porcentaje de padres que ha disminuido la cantidad de productos que compraba pasó de un 8% en 2022 a un 37% en 2023, y aquellos que declaran buscar productos de menor calidad para compensar pasaron de 8% a 25% este año, lo que podría afectar directamente la nutrición de los niños, según los expertos.

A la hora de consultar por las consideraciones que los padres tienen al comprar, la saludabilidad de los alimentos disminuyó en importancia desde 76% hasta 66% este año, mostrando una baja respecto de 2022. En la misma línea, si en 2022 38% de los padres consideraba el precio como un factor relevante a la hora de comprar, hoy ese porcentaje ha subido hasta 58%. Y cabe destacar que sólo 3% de los padres declara haber asumido el costo del alza sin ninguna estrategia (8% en 2022).

El académico de la Finis Terrae apunta que “lo más preocupante tiene que ver con cambiar la calidad, pues por lo general estos alimentos tienen más sellos, o son fabricados con materias primas que no son buenas”. Además, afirma que hay medidas que se pueden tomar para mantener la dieta balanceada en el contexto económico actual: “Lo recomendable es buscar donde los alimentos sean saludables, como en las ferias libres, y no comprar todo en supermercados, donde es más caro. Otra medida que algunas familias han implementado es el autocultivo de alimentos y muchas veces no se necesita mucho espacio para hacerlo”.

Por otra parte, el estudio revela que el 51% de los cuidadores considera que sus hijos tienen una alimentación bastante o muy equilibrada. Sin embargo, Bustos advierte que esto no coincide con la realidad sanitaria: “No hay una crítica más real respecto de la situación nutricional, porque creen que el problema lo tienen otros, no sus hijos. Cuando vemos los datos concretos de la obesidad infantil, alrededor del 60% de los niños tiene este diagnóstico, entonces, estamos hablando de seis de cada 10 niños. Y nos damos cuenta de que los papás hacen un ojo ciego a este problema, y cuando uno no se da cuenta al principio, es difícil tratarlo”.

El problema de la obesidad infantil

A nivel nacional, la obesidad infantil es un problema. Diversas organizaciones, como la OMS o la OCDE, han declarado a Chile como uno de los países que lideran estos rankings y, sin ir más lejos, el primer Atlas Mundial de la Obesidad Infantil realizado por la Federación Mundial de Obesidad (WOF, por sus siglas en inglés) predice que en 2030 más 774 mil menores de 19 años serán obesos en el país.

Bárbara Castillo, nutricionista pediátrica de Clínica Universidad de los Andes, explica que efectivamente hay un aumento en el índice de obesidad: “De acuerdo al último mapa nutricional de la Junaeb, un 26,2% de los niños tenía obesidad, es decir, uno de cada cuatro, lo que es excesivo. Y si uno lo compara con otros años, se ve un aumento. Por ejemplo, este estudio de la Junaeb de 2009 daba cuenta que los niños que tenían obesidad eran el 15,9%”.

En ese contexto, la especialista propone diversas medidas, pues la obesidad y la mala alimentación traen consecuencias para la salud y pueden incidir en el desarrollo de otras patologías: “Sería bueno educar a los niños desde la primera infancia, y que adquieran hábitos saludables desde pequeños. En ese sentido, podría haber nutricionistas en los colegios. Y desde el punto de vista de salud pública, lo que se puede hacer es mejorar los entornos, como que haya mayor disponibilidad de áreas verdes o ferias libres y más control en locales de comida rápida. Ahora, desde el punto de vista familiar, yo siempre digo que los padres son el modelo positivo de los hijos, entonces replican, y cuando un padre tiene buenos hábitos, los niños lo siguen”.

Fuente: latercera.com