Con la inflación galopante que recorre el mundo, las tasas de interés van de subida.
Para tratar de controlar el rápido aumento inflacionario, los países en distintas regiones del planeta han estado aumentando el costo del dinero, lo que en la práctica se traduce en un encarecimiento del crédito.
Entonces, con tasas muy altas, a nadie le conviene endeudarse.
Esta situación afecta a las empresas que necesitan pedir dinero prestado para llevar adelante sus inversiones, a los gobiernos que necesitan financiar el gasto público, y también afecta a las personas que requieren préstamos para comprar una casa, un auto o financiar un gasto imprevisto.
¿Quién toma la decisión de subir o bajar las tasas? El banco central de cada país que, por lo general, funciona de manera independiente del gobierno de turno.
Desde que la inflación comenzó a escalar velozmente, primero por los efectos que produjo la pandemia de covid-19 y luego por la guerra en Ucrania, el debate se ha centrado en torno a qué tan rápido y qué tan profundo deben actuar las autoridades para bajarla.
En Estados Unidos, por ejemplo, el Sistema de la Reserva Federal (informalmente conocida como la Fed), equivalente al banco central, ha sido duramente criticada por haberse “tardado mucho” en comenzar a subir las tasas.
Las cosas se calmaron cuando en marzo subió por primera vez los tipos de interés desde el inicio de la pandemia, dando la primera señal de que la “era del dinero barato”, con tasas cercanas a cero, estaba llegando a su fin.
Y este miércoles subió las tasas en medio punto, dejándolas en un rango entre 0,75% y 1%, cuando el país está sumido en una inflación desbocada que ha escalado al 8,5%, el mayor nivel de los últimos 40 años.
“La inflación es demasiado alta y entendemos las dificultades que eso está provocando”, dijo Jerome Powell, presidente de la Fed. “Y nos estamos moviendo decididamente para bajarla”.
De todos los efectos que puede tener un aumento en los tipos de interés, el más evidente es que logre controlar el aumento en el costo de la vida.
“Cuando sube la tasa, en teoría, la demanda debería moderarse y eso genera menos presiones a la inflación”, le dice a BBC Mundo Elijah Oliveros-Rosen, economista sénior de la división Latin America Global Economics & Research, de la consultora S&P Global Ratings.
“La subida de tasas es una tendencia global”, agrega, pero advierte que ha avanzado a ritmos diferentes en distintas partes del mundo.
“Comenzó el año pasado en Latinoamérica. Después siguió Estados Unidos, luego Reino Unido, y más tarde Asia. Ahora le toca al Banco Central Europeo”, apunta el economista.
Estas son algunas de las consecuencias más importantes que genera el aumento en las tasas de interés.
1. Es más caro pedir dinero prestado
La banca comercial te va a cobrar un mayor interés por prestarte dinero.
Incluso si no pides directamente un préstamo, pero utilizas la tarjeta de crédito, esta funciona con una tasa variable.
Si no la pagas a tiempo, “el castigo” llegará a través del cobro de intereses mucho más altos.
En definitiva, como es más caro endeudarse, se reduce tu poder adquisitivo.
Por otro lado, las empresas usan mucho el crédito para invertir, de tal manera que el aumento de tasas no incentiva la inversión.
Y a los países les encarece el costo del financiamiento fiscal.
Eso hace que cuando emiten un bono, tienen que ofrecer una tasa de interés más alta para convencer a los prestamistas de que están haciendo un buen negocio al facilitarle recursos.
Básicamente, el gobierno le tiene que pagar más a los inversores.
“Es por eso que los capitales se mueven hacia los países que ofrecen tasas de interés más altas en busca de mejores retornos”, le comenta Pablo Gutiérrez, investigador de la Universidad de British Columbia, a BBC Mundo.
2. Favorece el ahorro
De la misma manera en que el aumento de las tasas desincentiva el consumo, favorece el ahorro.
Ahorrar se vuelve más atractivo porque aumenta la rentabilidad, es decir, es más rentable tener el dinero en el banco.
“Subir la tasa de interés es como una forma de ponerle frío a la economía”, señala Gutiérrez.
A final de cuentas, dice, “hay menos masa monetaria en la economía y, por lo tanto, hay menos presiones inflacionarias”.
Pero el aumento de las tasas no es una receta mágica, lo que explica por qué en algunos países funciona mejor que en otros.
3. Puede afectar al crecimiento económico
La ola global de subida de tipos de interés “genera un efecto de moderación para el crecimiento económico”, explica José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC) de México.
El aumento de las tasas afecta la capacidad de inversión de las empresas y la demanda por créditos de consumo en un contexto bastante complicado a nivel global.
Un contexto donde hay una precaria recuperación de la economía europea, un poco de desaceleración en algunas áreas de EE.UU. y dificultades provenientes de China, tanto por el menor crecimiento económico del gigante asiático, como por los problemas ocasionados por el covid-19, dice el economista.
“El mundo se dirige hacia una transición desde una economía con poco crecimiento y alta inflación, a una economía que podrá contener las presiones inflacionarias en los próximos dos o tres años, pero con ciertas limitaciones al crecimiento“, explica de la Cruz en diálogo con BBC Mundo.
En ese sentido “es una mala noticia para un mundo que viene saliendo de una de las mayores recesiones en los últimos noventa años y ahora nuevamente se vuelve a encontrar con un escenario económico restrictivo por la presión inflacionaria, el aumento en las tasas de interés y el bajo crecimiento”.
De todos modos, así como la subida de los tipos de interés puede desacelerar el crecimiento, también puede bajar la inflación.
Lo que está claro es que encontrar el equilibrio en las decisiones de política monetaria según las necesidades de cada país no es tarea sencilla.
Fuente: BBCNEWSMUNDO