La pandemia, la crisis económica y una emergencia social en una de las fronteras de Sudamérica. Se trata de más de 400 personas desplazadas por el desempleo, el miedo a la variante brasilera del Covid-19 y el dengue. El grupo de migrantes viven desde hace casi una semana varadas en la frontera amazónica entre Perú y Brasil.
Los inmigrantes, en su mayoría haitianos, buscaban dejar Brasil por el Puente Internacional de la Amistad. Su intención chocó con el ejército y la policía peruana que los recibieron con golpes. Los desplazados se mantienen en el municipio de Assis, el último pueblo de la región de Acre en el lado brasileño.
Brasil respondió con el envío de militares para hacerse cargo del control fronterizo por 60 días. Los medios de ambos países reportan que los desplazados pretenden viajar hacia Tumbes, para llegar a Ecuador y otros países. Los ministerios del Interior y de Defensa de Perú se atribuyeron la expulsión de 450 migrantes.
Las mujeres y los niños estuvieron entre los más afectados por la represión en Iñapari. Los lesionados fueron atendidos por personal de salud peruano, que también tomaron exámenes del Covid-19.