El mercado del petróleo parece haber sorteado una de las mayores crisis de su historia. En abril de 2020 la pandemia llevó la referencia estadounidense a cotizar en negativo. En paralelo el espacio de almacenamiento para el crudo se convirtió en la principal pugna entre los actores del sector.

Un año después el Brent europeo y el Texas estadounidense cotizaron en su nivel más alto desde enero del año pasado. El último impulso llegó este jueves, cuando los principales países exportadores acordaron mantener su producción. La decisión desoye las estimaciones de los analistas.

Se estimaba que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+), optaría por un leve aumento en la producción desde abril. Su decisión trastocó cualquier pronóstico y llevó al crudo a su mejor sesión en semanas. Tuvo un alza superior al 4% tanto del Brent como el Texas.

El País detalla que el barril del primero superó con creces los 65 dólares y el segundo los US$60. La decisión de mantener la oferta llega en medio del debate sobre la inflación en las principales economías occidentales. El encarecimiento del petróleo suma un 30% en lo que va de 2021.

El crudo es uno de los componentes principales de los índices de precios en el mundo. Su alza coincide con la de otras materias primas como el cobre y varios alimentos. En la OPEP+ el mayor interesado en no incrementar la producción era Arabia Saudita, que espera recuperar el precio hasta uno 70 dólares.

Una refinería de petróleo en Southampton