El candidato del Partido Republicano dice que concentró sus esfuerzos en pasar primero a la segunda vuelta, por sobre la carta de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric. Además, asegura que si es Sebastián Sichel quien llegue al balotaje, no tiene problemas en ir a saludarlo inmediatamente y que espera lo mismo de su parte.

Dice que está cansado. Tras una dura campaña en que fue criticado por todos sus contendores, el candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, apuesta a tener un tiempo libre. De cara a las elecciones de este domingo, el abanderado tiene esperanza de verse en un balotaje junto a Gabriel Boric (Apruebo Dignidad), lo que implicará varios desafíos: desde obtener el apoyo del candidato de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, hasta hacerle cambios al programa de gobierno para convocar a un electorado más moderado.

Sichel y Boric eran favoritos para el balotaje, y usted irrumpió. ¿Cómo lidió con ese giro?

Enfrentamos la campaña siempre con mucha libertad. Hasta el día de hoy, no damos por seguro pasar a la segunda vuelta. Si bien las encuestas dicen que vamos arriba, y percibimos un espíritu muy positivo en la calle, recién el domingo 21 se van a saber los resultados.

¿Cómo manejó ser llamado un outsider de la derecha?

Nunca he sido outsider, siempre he representado a un grupo de personas que son importantes en Chile que nos aglutinamos en torno a lo que fue la elección del año 2017. Respetamos mucho la institucionalidad y eso nos llevó a apoyar desde el primer momento a Sebastián Piñera para el paso a la segunda vuelta, sin exigirle nada a cambio.

¿En algún momento su candidatura fue testimonial?

Nuestra acción política nunca ha sido testimonial, siempre hemos tenido vocación de mayoría.

¿Cuánto de su posicionamiento se lo debe a errores de Sichel y Boric más que a sus méritos propios?

Hemos tenido una conducta constante en el tiempo (…). No sé si es por los errores de ellos o por la campaña que nosotros hemos realizado. Claramente, en el primer debate se produjo un quiebre en las tendencias, porque tampoco habíamos tenido muchas oportunidades de dar a conocer nuestros planteamientos en los medios .

¿Qué hubiese hecho distinto?

No sabría decir hoy qué cosas cambiaría, porque claramente lo que hemos hecho hasta ahora nos ha dado resultado. Esto no es un tema de soberbia o de que alguien crea que lo ha hecho todo bien, no. Tenemos mucho que mejorar.

De pasar a segunda vuelta, ¿da lo mismo llegar primero o segundo?

No, no da lo mismo. Y claramente es deseable poder pasar primero a la segunda vuelta. Eso hace más factible proyectarse a ganar después en la segunda vuelta. Si uno pasa segundo, no es imposible ganar. Así como nosotros no éramos los favoritos en esta elección hace unos meses, ya el hecho de pasar a segunda vuelta es un tremendo logro. Nuestro esfuerzo hoy día está en tratar de que si pasamos a la segunda vuelta, pasar primeros.

Se criticó el desempeño que tuvo en el debate. ¿Movió algo la aguja?

Muy poco. No fue el mejor debate que he tenido y eso es evidente.

¿Se sentía más cómodo en la posición del desafiante o en el primer lugar al que todos atacan?

Tenía claro, por lo que conozco al resto de los candidatos, que les influyen mucho las encuestas y ven un problema en que alguien que iba abajo suba. De si me incomoda o no, es parte de lo que uno tiene que estar dispuesto a aceptar.

¿Le hubiese gustado que la relación con Sichel fuese distinta? Él fue duro con usted en esta campaña.

Sí, claro que me habría gustado. Porque ya por una campaña presidencial anterior, donde no fue el mismo candidato como ha sido en este caso, sino el grupo que lo acompañaba el que planteaba que no fuéramos a la elección, que no tenía sentido (…). Hay dos modelos de sociedad que se juegan este domingo 21, libertad o totalitarismo. Nunca he tenido duda de qué haría en la segunda vuelta en caso de no pasar yo y que pasara Sichel. Él no lo ha tomado de la misma manera y creo que es un error.

¿Estas tensiones complican un apoyo en una segunda vuelta?

De parte nuestra no complica nada.

¿Está dispuesto a ir a saludarlo?

De todas maneras. Si es él contra Boric, no tengo duda que nosotros tenemos que enfrentar al PC, que es el que soporta la candidatura de Boric.

¿Él es quien no quiere apoyarlo?

Él no ha dicho qué va a hacer y espero que se den las condiciones para que si él pasa lo pueda ir a saludar, y si yo paso que él pueda saludarme.

¿Estaría dispuesto a integrar al oficialismo en su comando?

Depende mucho de las personas. Por lo que he podido ver, Sichel ha manifestado que no se sentiría cómodo participando activamente en una campaña presidencial que tuviera que encabezar yo en la segunda vuelta. Él tiene que tomar una definición. Nosotros les damos la bienvenida a las personas que nos quieran ayudar, pero con libertad. Esto no es un tema transaccional. Aquí el tema del cuoteo o de que si no cambias esto es muy difícil que yo me sume, son cosas menores respecto de lo que enfrentamos. Hemos dicho que el programa de gobierno no está escrito en piedra, que se pueden hacer modificaciones.

Sus críticos dicen que sus propuestas son poco viables y dan cuenta de una alternativa testimonial. ¿Cómo se corrigen?

Vuelvo a insistir. Nuestro planteamiento no es testimonial, nuestro proyecto es de mayorías, nosotros queremos llegar a ser gobierno, el punto es cuándo se dan las condiciones de llegar a ser gobierno. Hoy día se han acelerado y hoy día si pasamos a segunda vuelta, hay una posibilidad real de ser gobierno. Nosotros con el programa señalamos ciertas líneas, decimos que queremos un Estado pequeño, eficiente y austero y con un gran brazo social. Esa es una línea de acción, queremos que ese brazo social sea eficiente y eficaz, que la plata les llegue a los más vulnerables, no que quede entrampada en la burocracia de siempre, queremos combatir el nepotismo, a los operadores políticos, a los apitutados. Lo vamos a hacer en serio. Otro eje de campaña es la seguridad y el orden público. Bajar los impuestos es un tema que habrá que ver con el Parlamento.

Respecto del programa, se habla de moderarlo. ¿Qué le cambiaría?

En el programa actual reconocemos buenas ideas de lo que fue la candidatura a primarias de Ignacio Briones (Evópoli), de Mario Desbordes (RN), y no tenemos problemas en recoger buenas ideas del programa de Sebastián Sichel o de Yasna Provoste (DC).

¿Cuáles?

Hay distintas áreas. Si nosotros en todo lo que sea modernización del Estado vemos en cualquiera de los dos programas algo bueno, creo que hay que tomarlo para mejorar lo de uno.

¿Cómo abordará tener que moderar sus posturas sin perder su esencia?

Siempre he señalado que soy un candidato de derecha, pero con sentido común, y la gente hoy día ya no vota en lo clásico que era izquierda, centro, derecha. La gente hoy vota por causas, por temas, por personas, y hoy los temas que a la gente más le preocupan son la seguridad, orden, la paz, educación, vivienda es un gran tema que no ha salido en los debates. Y la gente va a votar al final de acuerdo a lo que le diga su sentido común de quién puede solucionar los problemas del día a día.

Los críticos de su candidatura dicen que la gobernabilidad va a ser uno de los flancos más complejos que va a tener. ¿Cómo va a resolver ese dilema?

Lo mismo decían hace cuatro años atrás y decían que el único que podía garantizar la gobernabilidad era Sebastián Piñera y mira dónde estamos, con muy poca capacidad de gobernar. Por lo tanto, lo que creemos que se tiene que hacer en Chile es aplicar la ley. En Chile tenemos una cantidad de leyes impresionante, pero el punto es que nadie las cumple o cada uno le busca el acomodo para no aplicar una ley o algún planteamiento de su programa presidencial. La opinión pública se cansó de ese estilo de hacer política y va a respaldar a un gobierno que actúe con sentido común y el sentido común, y el sentido común es que hay derecho a manifestarse, hay derecho a protestar, pero no hay derecho a destruir, y eso es lo que nosotros vamos a plantear.

¿Cómo buscará el apoyo de un partido como Evópoli, más alejado de su opción? ¿Ha conversado con Felipe Kast?

No, no he conversado con los presidentes de Chile Vamos, ni con los líderes. Tenemos que asumir que esto va a ser, si llegamos al gobierno, una gran oportunidad que nos entrega la ciudadanía. Y eso requiere, por parte de todos, el mayor esfuerzo de diálogo y no solamente con los partidos de Chile Vamos, sino también con los partidos de la ex Concertación. Con los que no se puede tener un diálogo democrático, porque ellos no lo buscan, es con el PC, que es nuestro adversario. Y está representado por Gabriel Boric.

¿Qué rol debería tener el gobierno si usted pasa al balotaje?

El gobierno tiene que mantenerse en lo institucional y dar las garantías de un proceso electoral libre, serio y transparente. No creo que sea oportuno que el gobierno tome las banderas de uno u otro candidato.

¿Si perdiera lo volvería a intentar el 2025?

Difícil decirlo hoy día. El 2017 estaba convencido de que podía haber una segunda oportunidad, pero creo que han ido aflorando nuevos liderazgos que perfectamente podrían enfrentar una elección en cuatro años más.