La excepción es Punta Arenas, según un análisis realizado por la PUVC con base en los nuevos parámetros que estableció el organismo internacional.

La actualización aumentó las exigencias en los índices de contaminación atmosférica y el grueso del país se encuentra hoy muy por sobre esos estándares.

Solo la ciudad de Punta Arenas (Región de Magallanes) cumple con los nuevos índices de calidad del aire establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según un estudio publicado este viernes por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).

La actualización de los índices redujo a la mitad los niveles de exposición anual recomendables para elementos contaminantes como el material particulado PM2,5 (de 10 µg/m3 a 5 µg/m3), casi un 70 % la exposición diaria al dióxido de azufre (de 125 a 40 µg/m3) y un 75 % la media anual de exposición al dióxido de nitrógeno (de 40 a 10 µg/m3).

La norma de Chile se encuentra hoy muy por sobre esos estándares: para material particulado PM2,5 establece 20 µg/m3 media anual; para el dióxido de azufre 150 µg/m3 en 24 horas; y para el dióxido de nitrógeno 100 µg/m3 como media anual.

Todas las ciudades del país escapan a los nuevos parámetros de la OMS, con excepción de Punta Arenas en la zona austral, evidenciando un escenario adverso en cuanto a calidad de vida sus habitantes viviendo en condiciones atmosféricas dañinas para la salud.

El director del Centro de Acción Climática de la PUCV y experto en contaminación atmosférica, Marcelo Mena, dijo a Efe que la actualización de la OMS aparece en un contexto de descarbonización comprometida a nivel global, proceso en el que Chile debiese a su juicio acelerar el paso.

“Hacer normas de calidad de aire como las hacemos en Chile balanceando costo beneficio para poder optimizar no es un camino que sea indicado en un escenario posestallido social y posacuerdo de París”, señaló el también ex ministro de Medio Ambiente durante el segundo Gobierno de Michelle Bachelet.

Mena enfatiza en que son los estudios científicos los que construyeron el marco del Acuerdo de París, una convención en la que Chile se comprometió a impulsar políticas públicas que aseguren un futuro con máximo 1,5 grados Celsius de aumento en la temperatura de la Tierra.

“La ciencia de la calidad del aire nos dice que no hay umbral seguro para la contaminación y tenemos que reducir al máximo las concentraciones permitidas. Hay que bajar la contaminación de Santiago en casi un 80 por ciento respecto a niveles actuales, porque afecta a toda la región”, dijo Mena a Efe.

Y es que la capital chilena lidera el ránking en América Latina como la ciudad más contaminada según los resultados del World Air Quality Report 2020, con 23,6 µg/m3 de material particulado 2,5.

“Esto demuestra que no es compatible el cumplimiento de la normativa con combustibles sucios: la leña, la quema agrícola, el carbón, el diésel, la gasolina, todo eleva los niveles de contaminación. Aire limpio y cambio climático van de la mano, no hay clima seguro sin aire limpio y viceversa”, aseguró Mena.