El profesor de la Universidad de Harvard Steven Levitsky, quien ha pasado su carrera académica enseñando Ciencias Políticas con foco en América Latina, es categórico sobre el panorama en la región.
“Nunca antes América Latina había sido más democrática que en las últimas décadas”, dice en una conversación con BBC Mundo vía zoom desde Boston.
Para Levitsky, que ha pasado las últimas décadas investigando partidos, autoritarismo, democracia e instituciones en América Latina, quienes hablan de ola autoritaria en la región exageran.
Pero el académico, sin embargo, reconoce riesgos en algunos países por la fragmentación política y la crisis de partidos.
Antes de que el domingo Ecuador y Perú celebren elecciones presidenciales y a poco más de un mes de que Chile elija a los miembros de la Asamblea Constituyente que redactarán la nueva Constitución, Levitsky habla de las cuatro señales para reconocer a un autoritario antes de que triunfe en las urnas,contenidas en su libro Cómo mueren las democracias (Nueva York, Crown, 2018), un best seller que escribió junto a Daniel Ziblatt.Steven Levitsky, profesor de la universidad de Harvard, dice que la crisis de partidos favorece a los outsiders que no respetan las instituciones y la democracia.
¿Cómo está el panorama de la democracia en América Latina?
Creo que los años que vienen van a ser años difíciles, las democracias siempre corren peligro en épocas de crisis económicas.
Me parece que se viene una época de mucha dificultad fiscal, mucha dificultad económica, en lo cual algunos de los avances sociales de las últimas décadas pueden correr riesgos.
Los gobiernos simplemente no van a tener dinero, y en sociedades tan desiguales como las de América Latina se va a debilitar aún más la confianza pública en la democracia, que es muy baja.
Chile está haciendo un experimento muy interesante en términos de innovación constitucional. La esperanza es salir de su crisis de legitimidad con unas nuevas reglas del juego democrático.
En otros países como Ecuador y Perú me parece que es más de lo mismo: colapso de partidos, alta fragmentación política y baja confianza en las instituciones.
¿Dónde cree que estructuralmente están debilitadas esas democracias que menciona en América Latina?
Los que están debilitados son los Estados.
Para mí el problema principal en casi todas las democracias de la región (Chile, Uruguay y Costa Rica son excepciones) es que son Estados débiles que no funcionan bien.
Es súper difícil gobernar con un Estado débil como en Perú, Guatemala, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Honduras.
Es muy difícil cobrar impuestos, implementar políticas sociales, controlar la corrupción, mantener la seguridad pública, y la gente se harta. Aunque el gobierno esté bien intencionado, con un Estado débil es súper difícil gobernar.
Y ¿qué rol juegan en todo esto los procesos electorales? Usted ha dicho que actualmente las democracias no están muriendo con golpes de Estado, sino que su debilitamiento comienza en las urnas.
Sí, América Latina es la región del mundo donde más se ha visto este cambio.
El general chileno Augusto Pinochet votando en las elecciones de 1980 tras haber derrocado al presidente socialista Salvador Allende con un golpe de estado en 1973
Durante muchas décadas del siglo XX, principalmente los 60 y 70, el colapso democrático casi siempre ocurrió a través de los golpes, como los de (Augusto) Pinochet, (Jorge Rafael) Videla, (Juan) Velasco.
Hoy en día lo vimos con (Alberto) Fujimori, lo vimos con (Hugo) Chávez, lo vimos con (Rafael) Correa, lo vimos con Evo Morales y ahora temo que lo estamos viendo con (Nayib) Bukele en El Salvador… Son gobiernos elegidos utilizando instituciones democráticas, utilizando los mismos mecanismos de la democracia, quienes debilitan y a veces tumban la democracia.
Chávez fue el maestro en eso.
“Ahora que la democracia se muere a través de gobiernos electos es muy importante poder identificar a los autoritarios potenciales antes de que sean elegidos”. Steven Levitsky
Profesor de Harvard
Es un proceso lento, a veces los ciudadanos no se dan cuenta de los cambios, no se dan cuenta de que están perdiendo su democracia porque el gobierno es un gobierno elegido, no hay tanques, no hay juntas (militares).
En su libro Cómo mueren las democracias, usted menciona cuatro elementos que pueden ser señales de que estamos ante un líder o un candidato potencialmente autoritario. ¿Cuáles son?
Esos indicadores los tomamos de Juan Linz (1926-2013), el gran politólogo español que dedicó su vida al estudio del colapso democrático en Europa en los 20 y 30 y en América Latina en los 60 y 70.
Ahora que la democracia se muere a través de gobiernos electos es muy importante poder identificar a los autoritarios potenciales antes de que sean elegidos.Donald Trump fue elegido mostrando características autoritarias dice Levitsky.
Un candidato que sugiere que no va a seguir las reglas del juego democrático y que rechaza desde el principio ciertas reglas del juego democrático es un indicador.
Otro (indicador) es cuando un candidato niega a legitimidad de su rival, que dice que su rival no es alguien con el que está en desacuerdo políticamente, sino que lo trata de enemigo, subversivo, un terrorista, es decir, niega la legitimidad de su rival.
Tercer (indicador), promover la violencia aunque fuera de una manera sutil. Un político que no denuncia siempre la violencia política es un peligro.
Y finalmente un gobierno que amenaza con quitar ciertos derechos civiles, por ejemplo a los medios o que va a demandar a los medios, también es una amenaza.
Cualquier candidato que cruza uno de esos cuatro indicadores es, en mi opinión, un peligro para la democracia.
Donald Trump lo fue y sí atentó contra la democracia, Bolsonaro en Brasil es otro caso que obviamente tenía características autoritarias y fue elegido y creo que está siendo una amenaza seria para la democracia.
(Alberto) Fujimori, (Hugo) Chávez, (Rafael) Correa también mostraron evidencia de autoritarismo antes de llegar al poder.
No es siempre posible identificar a un autoritario antes de la elección pero muchas veces sí y los políticos y los ciudadanos tienen que prestar atención.
¿Usted nos puede dar un ejemplo concreto de esas señales que según usted se dieron?
Correa y Chávez sobre todo negaron la legitimidad de sus rivales.
Los denunciaron como oligarcas, corruptos, gente que no merecía un espacio legítimo dentro del sistema democrático. Y ese tipo de discurso que niega la legitimidad de los rivales siempre es peligroso.
Fujimori también lo hizo, aunque un poco menos, y Bukele también durante la campaña.
“El problema es que cuando ganas la presidencia con un mandato de tumbar a toda la clase política terminas casi siempre atentando contra las instituciones de la democracia”.