Andrés Eduardo Quezada Hidalgo pasó sus últimos meses como funcionario de la Policía de Investigaciones (PDI) traficando ketamina desde Perú hacia Chile. Informes indican que lo hizo en reiteradas oportunidades a través del Complejo Fronterizo Chacalluta, mismo en el que prestaba servicios como miembro del Departamento de Migraciones.

De acuerdo con antecedentes a los que accedió la Unidad de Investigación de Bío Bío, el hombre de actuales 42 años se aprovechó sistemáticamente de su condición de agente policial para concretar el ingreso de la droga de moda a nuestro país.

Según la indagatoria, sólo el día en que en que se concretó su caída, el ahora ex empleado público fue sorprendido con más de un kilo del potente anestésico a bordo de su vehículo.

El expediente judicial da cuenta de reiteradas y extrañas apariciones de Quezada Hidalgo entre los complejos fronterizos de Perú y Chile, donde se dejaba ver vistiendo tenida policial estando en días libres. Todo eso encendió las alarmas y provocó que su pasos comenzaran a ser seguidos de cerca por sus propios colegas.

El cambiazo

Fue en diciembre de 2024, faltando un día para Navidad, cuando la PDI comenzó oficialmente una indagatoria interna con el objetivo de darle caza a uno de sus propios funcionarios en Arica. A esa altura, ya existían antecedentes concretos que hacían sospechar que uno de sus agentes policiales venía caminando, al menos desde hace un tiempo, por el lado oscuro de la fuerza.

Era un tema serio. La investigación la encabezaron funcionarios del Departamento V de Asuntos Internos de la PDI, quienes —entre otras diligencias— procedieron con la revisión de cámaras de seguridad que apuntaban hacia el trayecto de poco más de 500 metros que separa los complejos fronterizos Chacalluta (Chile) y Santa Rosa (Perú), justo en el límite entre ambos países.

Así fue como se comprobó que el 12 de diciembre de 2024 el agente policial se había acercado hacia la frontera más allá del complejo chileno y vistiendo el uniforme corporativo, pero sin tener asignada ninguna tarea particular allí. En las imágenes quedó registrada la llegada de Andrés Quezada hasta ese sector a bordo de su vehículo particular, un Honda Stream del 2004.

Desde el lado peruano, tras pasar por los controles de salida de ese país, se visualizó el arribo de una mujer conduciendo un segundo vehículo. De esa forma se concretó el traspaso de la droga al interior de un bolso de mano. Posteriormente, cada uno en su automóvil, se dirigieron hacia el Chacalluta, donde ella realizó los controles de ingreso sin inconvenientes.

Según antecedentes tenidos a la vista por este medio, al continuar con la revisión de imágenes de semanas anteriores los investigadores detectaron que los mismos protagonistas habían realizado igual dinámica el 21 y 25 de noviembre de 2024.

Chiste repetido

En consideración a todos esos antecedentes, se inició un seguimiento especial a los movimientos del vehículo conducido por la mujer y los que haría en los días siguientes el agente policial.

De esa forma se comprobó que la conductora identificada como Úrsula Durán Cepeda, una ariqueña de entonces 31 años, había nuevamente salido de Chile hacia Perú el 27 de diciembre. Los funcionarios del Departamento V de Asuntos Internos coordinaron una vigilancia discreta en Chacalluta: sabían de sus idas y venidas, por lo que asumieron que su regreso no se haría esperar.

Y así fue. A las 00:10 horas del 28 de diciembre se registró el ingreso de la mujer hacia Chile y también el de Quezada, quien una vez más replicó el modus operandi.

Un cuarto episodio ocurrió el 9 de enero de 2025. Lo mismo. A las 20:17 horas Úrsula Durán salió de Chile con destino a Perú y a las 23:50 horas ya estaba registrando su ingreso a nuestro país. Lo propio hizo 3 minutos antes el por esos días funcionario policial.

La caída

Con la excusa de necesitar tiempo para asistir a una hora médica a las 20:00 horas con un cardiólogo, el agente policial Quezada Hidalgo solicitó permiso para ausentarse de sus funciones la tarde del 14 de enero de 2025. Él no lo sabía, pero sus verdaderas intenciones para ese día iban a ser seguidas de cerca por sus colegas.

Úrsula ese mismo día ya había salido desde Chile a Perú a las 16:22 horas. Su regreso, como siempre, era cosas de horas. La presencia de Quezada en la zona gris entre ambos complejos fronterizos tampoco se haría esperar.

En ese contexto, nuevamente se dispusieron puntos de vigilancia discreto desde el lado chileno. A las 22:20 horas un inspector que participaba procedimiento alertó la llegada del agente policial investigado. Esta vez, conduciendo un Dodge.

Parte del operativo quedó plasmado en un informe policial al que tuvo acceso BBCL Investiga:

“El inspector I.M.C. informó que el vehículo marca Dodge, modelo Grand Caravan color verde (…) ingresó de forma irregular al Complejo Chacalluta, específicamente por el sector de entrada de camiones que realizan la salida de Chile, estacionándose en el sector norte dispuesto para vehículos que provienen del Perú. Del mismo modo indicó que a que, a eso de las 22:40 horas, llegó desde Tacna Úrsula Durán Cepeda en el vehículo con el cual había salido del país con anterioridad, estacionándose en las cercanías del automóvil antes señalado”, se lee en el documento.

La mujer se subió al vehículo de Quezada por algunos minutos y luego descendió para iniciar sus trámites de ingreso por enésima vez a Chile. En paralelo, el funcionario policial avanzó en su auto hasta el sector de ingreso de buses conocido como Isla 5.

En ese lugar, a las 23:40 horas, cuando el empleado policial fue controlado por dos de sus propios colegas. Una mochila negra en los asientos traseros del vehículo —que en su interior tenía contenedores con 1,2 kg de un polvo blanco— fue la confirmación. ¿El resultado de la prueba de campo? Positivo para ketamina.

Por otro lado, teniendo en consideración el hallazgo en el auto del agente policial, detectives de la PDI se apuraron en controlar a la mujer. En su poder naturalmente no encontraron droga. Sí más de $700 mil en efectivo y dos teléfonos celulares.

Al día siguiente ambos fueron puestos a disposición del Juzgado de Garantía de Arica, instancia en la que fueron formalizados como autores del delito de tráfico de drogas. En la oportunidad se decretó un plazo de investigación de 120 días, no obstante la indagatoria todavía continúa abierta e incluso el Consejo de Defensa del Estado (CDE) se querelló en contra del principal imputado.

El proceso

Antecedentes a los que accedió este medio indican que el ahora exfuncionario de la PDI, pues renunció justo antes de ser formalizado, ha permanecido recluido en el Complejo Penitenciario de Arica cumpliendo con la prisión preventiva que se decretó en su contra. Úrsula, por su parte, goza de arresto domiciliario nocturno y prohibición de salir del país.

Consultada la Policía de Investigaciones, destacaron que se trató de una situación que quedó al descubierto precisamente “gracias a controles internos de la institución, específicamente del Departamento V de Asuntos Internos, quienes aún se encuentran investigando el hecho”.

Subrayaron también que, después de ser detenido, el agente policial “presentó su renuncia voluntaria, dejando de ser un funcionario de la institución”.

Por otro lado, desde la Defensoría Penal Pública, entidad que representa los intereses del Quezada Hidalgo en el proceso judicial, indicaron a este medio que “la causa penal se encuentra actualmente en etapa de investigación, por lo que, en resguardo del debido proceso, la declaración de nuestro representado se mantiene bajo reserva”.

Fuente: biobiochile.cl