En la comuna de Purén, la proliferación descontrolada de perros callejeros ha evolucionado en un problema que afecta la seguridad, la salud pública y la convivencia comunitaria. La presencia masiva de animales abandonados en calles y espacios públicos, resultado de una irresponsabilidad social y falta de gestión municipal efectiva, amenaza con escalar en un conflicto de difícil resolución si no se adoptan medidas concretas y coordinadas.

Realidad Local: Abandono e Impacto Social

Durante los últimos años, la comuna ha visto un aumento notable de perros vagos tanto en sectores urbanos como rurales. Muchos animales son abandonados por sus dueños sin mayor consideración, generando un círculo vicioso de reproducción sin control. Esta situación ha deteriorado la calidad de vida en barrios donde las “casitas para perros” se han vuelto un símbolo de la caridad mal canalizada, pero también de la ausencia de responsabilidad individual.

El resultado son espacios públicos saturados, donde la seguridad de niños, adultos mayores y transeúntes está en riesgo. Ataques, mordeduras y episodios de violencia animal son cada vez más frecuentes, mientras que la falta de respuesta efectiva genera división entre vecinos que defienden a los perros comunitarios y aquellos que exigen entornos seguros y limpios.

Marco Legal y Obligaciones Municipales

La Ley Nº 21.020 de Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía (Ley Cholito), vigente desde 2017, establece la responsabilidad de los tenedores y la obligación de las municipalidades de fiscalizar, controlar y gestionar la población canina en sus territorios. El artículo 28 de esta ley señala explícitamente que las municipalidades deben promover campañas educativas, establecer programas de captura, esterilización y vacunación, además de sancionar a quienes incumplen la normativa.

El Código Civil, por su parte, responsabiliza al dueño del animal por los daños causados (artículo 2326), y el Código Penal contempla sanciones en caso de lesiones provocadas por animales.

Sin embargo, en Purén, como en muchas otras comunas, la gestión municipal no ha sido suficiente para hacer frente a esta problemática, dejando a la comunidad vulnerable y a merced de los riesgos derivados de la sobrepoblación canina.

Gestión Municipal y la Labor Fiscalizadora que Demanda la Comunidad

Uno de los aspectos más críticos que la comunidad de Purén demanda es una labor fiscalizadora efectiva y constante por parte del municipio. Esto incluye:

  • Recepción y atención de denuncias ciudadanas por abandono y ataques de perros vagos.

  • Emisión de partes y multas a propietarios que incumplen con la Ley Cholito, especialmente por abandono o irresponsabilidad en la tenencia.

  • Programas de captura y control sanitario, que incluyen la vacunación, esterilización y entrega a refugios o albergues municipales.

  • Campañas educativas y preventivas, orientadas a promover la tenencia responsable y el respeto por las normativas vigentes.

  • Coordinación con servicios de salud y seguridad pública, para atender de manera integral los riesgos que representan los perros vagos en la vía pública.

La comunidad exige que estas acciones no sean esporádicas ni aisladas, sino que se conviertan en una política pública municipal permanente y transparente, que rinda cuentas a los vecinos y garantice la seguridad y bienestar de todos.

Un Llamado a la Acción Conjunta

La solución a esta crisis no reside en la indiferencia ni en la eutanasia masiva, sino en una respuesta integral y coordinada. Se requiere educación ciudadana efectiva en tenencia responsable, programas sistemáticos de captura, esterilización y vacunación, además de la creación de refugios temporales para animales abandonados y una fiscalización rigurosa.

Solo con un compromiso serio y conjunto entre autoridades y vecinos se podrá romper el círculo vicioso que mantiene a Purén en una situación de riesgo y conflicto permanente. La seguridad de la comunidad, el bienestar de los animales y la calidad de vida en los barrios dependen de que esta problemática se aborde con urgencia y responsabilidad.

¿Qué esperar si no se actúa?

No podemos permitir que un niño sea atacado o un adulto mayor mordido sin que haya respuesta ni reparación. Los costos médicos, sociales y emocionales de estos incidentes recaerán en las víctimas, mientras que las demandas millonarias y los conflictos sociales irán en aumento. La omisión no es una opción; la responsabilidad es individual y colectiva, y debe traducirse en acciones concretas y efectivas.